¿Te has preguntado alguna vez por qué, aunque los acuerdos parentales se hacen de mutuo acuerdo, la gran mayoría no llegan a funcionar como se esperaba?
La respuesta no siempre salta a la vista, pero hay algo que sí es claro: muchos de estos acuerdos fallan porque olvidan lo que realmente importa, los hijos.
A menudo, estos acuerdos se enfocan en satisfacer los deseos de los padres o lo que proponen los abogados, dejando de lado las necesidades reales de los niños y sin adaptarse a la verdadera dinámica familiar.
Y es que cuando nos encontramos en medio de la separación, es fácil perderse en lo «legal» y lo «práctico»: quién recoge a los niños, cómo se repartirán las responsabilidades diarias…
Esto es comprensible porque llegamos al abogado desorientados y confiamos en que lo que nos recomienda es lo correcto.
Yo misma pasé por eso y muchos padres que llegan a mi despacho están en la misma situación, buscando ajustar acuerdos que no funcionan.
Pero cuando ponemos toda nuestra atención en estos aspectos técnicos, dejamos fuera algo esencial: el bienestar emocional de nuestros hijos y la estabilidad de la familia en su conjunto.
Un acuerdo parental que realmente funcione debe ir más allá de ser un documento lleno de horarios y fechas. Necesita ser un acuerdo que les dé a tus hijos la seguridad de que, aunque tú y tu expareja ya no estéis juntos, siguen siendo un equipo en lo que respecta a ellos.
Construir un acuerdo de cuidados compartidos no solo es una forma de organizarse después de la separación, es la mejor manera de establecer una base sólida para tu familia en esta nueva etapa.
Hoy quiero mostrarte cómo un acuerdo de cuidados compartidos puede marcar una diferencia real en tu vida familiar tras la ruptura.
Así que sigue leyendo y descubre cómo proteger a tus hijos, reducir el estrés y asegurar que todos encuentren en este acuerdo la estabilidad y tranquilidad que necesitáis para seguir adelante.
¿Qué es un acuerdo parental compartido?
Un acuerdo parental compartido no es solo un documento legal. Es una manera de garantizar que, aunque tú y tu expareja ya no estéis juntos como pareja, ambos sigáis siendo un equipo para cuidar a vuestros hijos.
Este tipo de acuerdo va más allá de establecer quién tiene a los niños y en qué momentos, o cómo se reparten las responsabilidades. Se trata de crear y asegurar un entorno donde tus hijos se sientan estables y tranquilos, sabiendo que ambos padres están ahí para ellos, sin tensiones ni conflictos.
Piensa en cómo sería si tú y tu expareja pudierais tomar decisiones sobre la crianza sin que cada conversación se convierta en una discusión. Un acuerdo parental compartido crea ese espacio, donde el bienestar de tus hijos siempre es la prioridad, proporcionándoles seguridad emocional.
¿Qué significa seguridad emocional?
La seguridad emocional es la tranquilidad que tus hijos sienten al saber que pueden expresarse sin miedo y que siempre tendrán vuestro apoyo. En la separación, esto significa que, aunque sus padres ya no vivan juntos, los niños saben que ambos siguen a su lado y que siempre pueden contar con ellos.
Cuando tus hijos perciben esa estabilidad, enfrentan los cambios con más confianza porque sienten que, pase lo que pase, su bienestar sigue siendo importante para los dos.
Veamos un ejemplo concreto.
Imagina que tú y tu expareja habéis acordado un horario flexible para las visitas. Un día, surge un evento especial para tu hijo, como el cumpleaños de un amigo, que coincide con el día en que debería estar con tu expareja.
Gracias a este acuerdo parental compartido, podéis ajustar el horario sin problemas, permitiendo que tu hijo disfrute del cumpleaños sin tensiones ni conflictos entre vosotros.
Y esto no solo le hace feliz a él, sino que refuerza la armonía familiar, mostrando que sus padres colaboran por su bienestar.
Este acuerdo flexible y pensado en sus necesidades, logra que tus hijos crezcan sintiéndose apoyados y queridos por ambos padres, sin tener que cargar con el peso de los problemas de los adultos.
¿Te imaginas lo que significaría para ellos ver a sus padres trabajando juntos, aunque ya no estén juntos?
Así, en lugar de ser una fuente de estrés, cada situación se convierte en una oportunidad para crear un ambiente estable y lleno de cariño, donde tus hijos siempre se sientan seguros.
¿Por qué algunos acuerdos parentales fallan?
¿Alguna vez te has preguntado por qué algunos acuerdos parentales, que parecen estar bien estructurados, no funcionan?
Lograr un acuerdo parental que realmente funcione para todos implica ser honesto contigo mismo, dejar el ego de lado y aplicar el sentido común en la organización familiar.
En el contexto de la separación, «dejar el ego a un lado» significa algo muy concreto: poner el bienestar de tus hijos por encima de cualquier conflicto personal.
No se trata de «tener razón» o de «ganar» en cada conversación con tu expareja. Más bien, se trata de colaborar por un bien común. Y esto implica entre otras cosas:
1. Evitar conflictos innecesarios: ¿Cuántas veces una conversación acaba en discusión sobre quién hizo qué? Aquí, el foco cambia: en lugar de buscar culpables, el objetivo es encontrar acuerdos que realmente beneficien a tus hijos.
2. Aceptar el punto de vista del otro: Aunque ya no seáis pareja, ambos sois y siempre seréis padres. Escuchar y considerar el punto de vista del otro, sin que cada diferencia se convierta en una batalla, es fundamental para mantener la armonía.
3. Priorizar la estabilidad emocional de tus hijos: Los niños perciben más de lo que imaginamos. Cuando el ambiente es tenso, ellos lo sienten. Al dejar el ego a un lado, puedes crear un entorno en el que tus hijos se sientan seguros y protegidos.
4. Aceptar ayuda y reconocer limitaciones: ¿Te cuesta pedir ayuda? A veces, el orgullo nos impide hacerlo. Dejar el ego de lado también significa ser realista y buscar apoyo, ya sea de un profesional, familiares o amigos, para navegar esta etapa de la mejor manera posible.
Tres razones comunes por las que los acuerdos parentales suelen fallar y cómo evitarlas
1. Dificultades para comunicarse y resolver conflictos
Imagina que intentas hablar con tu expareja sobre algo importante y cada vez que lo haces, parece que habláis en idiomas diferentes. ¿Te suena familiar?
Cuando la comunicación no fluye, los malentendidos y conflictos se vuelven parte del día a día.
Para lograr acuerdos es esencial poder conversar con calma, escuchando, para comprender, no solo para responder o imponerse.
Pregúntate: ¿soy capaz de hablar sin que aparezcan reproches o críticas? Si la respuesta es «no,» ahí tienes uno de los obstáculos que pueden estar dificultando conseguir un acuerdo.
Y ahora piensa detenidamente en esto: tras la separación, ambos seguiréis tomando decisiones importantes sobre la vida de vuestros hijos. La habilidad de comunicarte de manera clara y respetuosa es clave para poder coordinar vuestras acciones y cubrir sus necesidades de la mejor manera.
2. Desconexión con las necesidades emocionales de los niños
Enfocarse solo en los horarios y la logística puede ser cómodo, pero… ¿Has pensado en cómo se sienten tus hijos con esta nueva realidad familiar?
Para ellos, la separación no es solo un cambio de rutina, es un cambio de vida, y además, impuesta por sus padres.
Los niños necesitan sentirse seguros y apoyados, especialmente en momentos de transición.
Cuando estas necesidades se ignoran en medio de conflictos legales o tensiones, los pequeños pueden experimentar sentimientos de inseguridad, tristeza, o incluso culpa.
Por eso, un acuerdo parental equilibrado debe incluir momentos en los que los padres se centren en cómo se sienten sus hijos, ajustando el acuerdo según sea necesario para cuidar de su bienestar emocional.
3. Decisiones apresuradas y falta de planificación
A veces, el deseo de terminar con el proceso cuanto antes lleva a tomar decisiones rápidas.
Pero un plan parental sólido requiere tiempo y reflexión. ¿Te has dado el tiempo suficiente para pensar en todas las necesidades y detalles?
Es importante que el acuerdo contemple la realidad de vuestras circunstancias familiares: la situación laboral de cada uno, los ingresos, el estado de salud, y el apoyo que tenéis alrededor.
Aquí, cada detalle cuenta y una decisión rápida puede llevar a malentendidos que con el tiempo generen conflictos.
Reflexiona: ¿Te has dado el tiempo necesario para planificar tu acuerdo parental?
Desde mi experiencia profesional, he visto cómo la falta de planificación lleva a conflictos y, en muchos casos, a tener que modificar el acuerdo pocos años después.
Por eso, si de verdad quieres un acuerdo que funcione, dedícale el tiempo y el cuidado que merece.
Cómo crear un acuerdo parental de cuidados compartidos
Crear un acuerdo parental de cuidado compartido y seguro no se trata solo de establecer reglas en un documento. Va más allá.
Este acuerdo debe tener en cuenta las necesidades de tus hijos y las circunstancias de cada uno de vosotros, para adaptaros a las situaciones que, de forma natural, surgen en todas las familias. Porque, aunque ya no estéis juntos, vuestra familia sigue avanzando en su camino.
Sigue leyendo porque voy a guiarte paso a paso para construir un acuerdo que realmente funcione y beneficie a toda tu familia.
Paso 1: Comprender las necesidades de tus hijos
Antes de empezar a planificar el acuerdo, tómate un momento para observar a tus hijos.
Pregúntate: ¿Cómo se sienten en esta nueva situación? ¿Qué necesitan para sentirse seguros y tranquilos?
Ponerte en su lugar y dar importancia a sus emociones crea un ambiente en el que pueden expresar lo que sienten y sentirse valorados. Con ello, les demuestras que su bienestar es una prioridad tanto para ti como para tu expareja.
Recuerda, los niños necesitan algo más que la presencia física de sus padres. Necesitan un espacio donde puedan expresarse y sentirse escuchados.
Paso 2: Mantener una comunicación respetuosa con tu expareja
Hablar con respeto y calma con tu expareja es esencial para que el acuerdo funcione bien.
A lo largo del tiempo, surgirán situaciones que necesitarán cambios o ajustes, y si podéis hablar con respeto y sin discusiones, será más fácil resolver todo.
Sé que a veces puede ser difícil hablar sin que surjan tensiones, sobre todo si la comunicación no era el punto fuerte en vuestra relación. Pero recuerda, aprender a hablar de manera tranquila y escuchar al otro es una habilidad que se puede mejorar con la práctica.
¿Te imaginas cómo sería si pudieras hablar con tu expareja sin conflictos constantes? Esto te permitiría:
● Tener una vida más organizada y compatible con tus compromisos
● Contar con el apoyo de tu expareja en la crianza y educación de tus hijos
● Vivir con más tranquilidad, sin discusiones constantes
● Resolver cualquier situación que surja en la vida de tus hijos
● Disfrutar de los momentos importantes con tus hijos
Reflexiona: ¿Crees que hablar con respeto y sin conflictos podría reducir la tensión y hacer que tus hijos vivan en un ambiente más positivo?
Paso 3: Crear un acuerdo flexible y adaptable
La vida cambia constantemente, y en una familia con padres que viven en casas diferentes, esos cambios se notan aún más.
Las necesidades de tus hijos evolucionan a medida que crecen, y tanto tú como tu expareja podéis tener cambios en vuestras circunstancias personales o laborales.
Por eso un buen acuerdo parental debe ser flexible, para adaptarse a estos cambios sin que necesites recurrir al juzgado para resolver cada situación.
¿Te gustaría sentir que, pase lo que pase, siempre podrás contar con el apoyo de tu expareja para el bienestar de tus hijos?
Aquí tienes algunos ejemplos de cómo un acuerdo flexible puede marcar la diferencia en la vida familiar:
1. Cambio de actividades extraescolares
Imagina que tu hijo empieza una actividad deportiva los sábados por la mañana y ésta coincide con el día que le toca estar con tu expareja.
Un acuerdo flexible permitiría que ambos podáis ajustar el horario para que tu hijo pueda disfrutar de la actividad sin problemas, encontrando un nuevo equilibrio que funcione para todos.
2. Mudanza o cambio de empleo
Es posible que, en algún momento, uno de vosotros necesite mudarse o cambiar de trabajo, lo cual podría afectar al acuerdo de visitas.
En un acuerdo rígido, esto podría generar tensiones y la necesidad obligada de recurrir al juez que decida por vosotros en caso de desacuerdo. Pero un acuerdo flexible permite que tu expareja y tú habléis tranquilos y podáis ajustar los horarios o los puntos de recogida, priorizando siempre la estabilidad y el bienestar de tus niños.
En definitiva, un acuerdo parental compartido y flexible reduce las tensiones y crea un ambiente en el que tus hijos sienten el apoyo constante de sus padres.
Beneficios de un acuerdo de cuidados compartidos
Tener un acuerdo parental de cuidados compartidos puede transformar para bien la vida de toda tu familia.
Más allá de lo que exige el acuerdo desde la perspectiva legal, este tipo de acuerdo crea un ambiente de estabilidad y respeto que beneficia tanto a tus hijos como a ti.
A continuación, te muestro cómo un acuerdo de cuidados compartidos puede ser un pilar de bienestar familiar tras la separación.
Reducir el estrés familiar
El proceso de separación o divorcio es complejo y puede generar mucho estrés. Pero contar con un acuerdo parental bien estructurado puede ser una ayuda fundamental para reducir parte de esa tensión, tanto para ti como para tus hijos.
Por si no lo tienes claro, el estrés es la respuesta natural de nuestro cuerpo y mente ante situaciones que percibimos como desafiantes o amenazantes. Nos pone en «modo alerta», preparándonos para enfrentar desafíos.
Sin embargo, cuando el estrés se vuelve constante, puede afectar nuestra salud, nuestras emociones y nuestra capacidad para pensar con claridad.
En el contexto de la separación, el estrés suele venir de la incertidumbre, las decisiones difíciles y la preocupación por el bienestar de los hijos o de la situación en la que nos vamos a quedar.
Un acuerdo parental compartido, claro y flexible, ayuda a reducir esta incertidumbre.
Imagina, por ejemplo, que tú y tu expareja habéis acordado tomar decisiones conjuntas sobre los eventos importantes de vuestros hijos, como una comunión o una graduación.
Saber que estos momentos se organizarán sin conflicto ni sorpresas desagradables, reducirá tu estrés y te aportará paz.
Crea un entorno seguro y estable donde tus hijos se sientan seguros
Uno de los mayores beneficios de un acuerdo parental compartido es que proporciona a tus hijos un entorno en el que se sienten seguros, apoyados y con un sentido claro de pertenencia familiar.
En lugar de vivir expuestos a conflictos o incertidumbre, saben que sus padres están comprometidos con su bienestar, lo que les da la tranquilidad que necesitan.
Y cuando tus hijos viven esta seguridad, pueden concentrarse en sus actividades, en sus estudios y en disfrutar de su infancia sin preocuparse por nada.
Además, al ver a sus padres colaborando y actuando como un equipo aunque ya no estén juntos, refuerza su sentido de pertenencia y estabilidad dentro de la familia.
Fomenta una relación de crianza en equipo
Un acuerdo parental compartido también facilita una relación de crianza conjunta más fluida con tu expareja, basada en el respeto y la colaboración.
Esto significa que ambos estáis dispuestos a dialogar y negociar cuando sea necesario, siempre buscando lo mejor para vuestros hijos.
Mantener una buena relación con tu expareja en el contexto de la crianza compartida es esencial para el bienestar de tus hijos, ya que al respetar las decisiones de ambos y abordar los retos con una actitud constructiva, evitáis los enfrentamientos que podrían afectar la relación con vuestros hijos.
Facilitar la adaptación a nuevos cambios y circunstancias
La vida es dinámica, y a medida que tus hijos crecen y las circunstancias cambian, es importante que el acuerdo parental sea flexible y se adapte a vuestras nuevas realidades.
Imagina que con el tiempo, tú o tu expareja formáis una nueva familia.
En un acuerdo rígido como el que se realiza en el contexto legal, este cambio podría causar tensiones y conflictos que afectarían tanto a los hijos en común como a los nuevos integrantes de la familia.
Sin embargo, un acuerdo parental compartido y flexible permite que los tiempos y actividades puedan ajustarse, de modo que los hijos mantengan una relación cercana y saludable con todos los miembros de su familia reconstituida, respetando las nuevas circunstancias de cada uno.
En resumen
Para ti y tus hijos, un acuerdo de cuidados compartidos bien pensado y detallado puede marcar una gran diferencia en cómo afrontáis esta nueva etapa familiar.
Más allá de lo que exige el acuerdo desde la perspectiva legal, lo que verdaderamente importa es construir un entorno de apoyo, estabilidad y comprensión que permita a tus hijos crecer tranquilos con sentido de pertenencia a su núcleo familiar a pesar de la ruptura sentimental de sus padres.
Recuerda: «Hoy por ti, mañana por ellos».
Este es un compromiso que va más allá del papel. Es una promesa de colaboración y cuidado mutuo por el bienestar de lo que más importa, tus niños.
Si quieres hablar sobre cómo crear un acuerdo que se adapte a las necesidades de tu familia, estoy aquí para ayudarte.
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