El concepto de divorcio positivo está ganando cada vez más relevancia en la sociedad actual. Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2023 hubo 76.685 divorcios en España. Si a esto le sumamos las separaciones, la cifra asciende a 80.065.
Y además, cada día hay más ruptura de pareja con niños entre los 5 meses y los 6 años. Y familias que han de asumir una guarda y custodia compartida, ya sea por decisión de los padres o por imposición judicial.
Estas cifras demuestran la importancia de buscar enfoques que reduzcan los efectos negativos de la ruptura de pareja, sobre todo en los hijos.
Y por ello, adoptar los principios de un divorcio positivo puede marcar una gran diferencia para proteger la infancia y sus lazos familiares.
Ya que, aparte de mitigar los desafíos de la ruptura, el divorcio positivo facilita vivir el proceso de separación desde la aceptación y el crecimiento, ayudando en la superación de la crisis personal, preparándote para la nueva vida tanto personal como familiar de los hijos.
La separación desde la perspectiva positiva también permite interiorizar la ruptura de pareja con hijos en común como una transformación del modelo tradicional a una nueva estructura en la que los padres tienen vidas personales independientes, teniendo presente el compromiso hacia sus hijos.
De igual modo, posibilita comprender y aceptar que la separación es solo parcial porque tras la ruptura hay que seguir relacionándose como padres y compartir vivencias conjuntas con los niños por su bienestar y equilibrio emocional.
Y para que este cambio de mentalidad sea posible y poder poner fin al imaginario social negativo que rodea el patrón de separación actual, es fundamental centrarse en el respeto mutuo y el bienestar de los hijos.
Por ello, si estás atravesando las dificultades de la separación, comprender el concepto de divorcio o separación positiva es fundamental.
En este artículo profundizaremos en los principios básicos del divorcio positivo, ofreciendo ideas y consejos prácticos basados en mis más de 15 años de experiencia trabajando con familias y en mi propia experiencia personal de divorcio.
Ya sea que estés considerando el divorcio o en proceso, estos principios pueden proporcionar una hoja de ruta para gestionar la experiencia vital que ha llegado a tu vida de la mejor manera posible en medio del dolor.
Pero antes de profundizar en estos principios, es importante entender las consecuencias desde el paradigma actual de divorcio centralizado en lo jurídico tanto en los padres como en los hijos.
Consecuencias del divorcio actual para padres e hijos
El divorcio tiene profundas repercusiones tanto en los padres como en los hijos porque implica una transformación en la estructura familiar, económica y social, estilo de vida, interacción, hábitos, rutinas…
Para los padres, el divorcio puede ser un proceso agotador.
El estado de preocupación o tensión mental, el desconocimiento de cómo reorganizar la vida cotidiana tanto personal como de los hijos lo mejor posible y la nueva responsabilidad financiera y de crianza, genera una sobre carga mental y personal.
Muchos padres experimentan sentimientos de culpa, tristeza, preocupación y angustia por el futuro. Además, el proceso de adaptación a la nueva dinámica familiar puede ser largo y desafiante.
Por otro lado, la incertidumbre de lo que va a ocurrir de ahora en adelante y los cambios propios de la crisis familiar por la separación de los padres puede provocar en los niños inestabilidad en todos los aspectos de su vida como consecuencia del desequilibrio que está viviendo la familia.
Una vez que el sistema familiar se vaya acoplando al nuevo modelo familiar estas dificultades irán desapareciendo si los padres los acompañan en este proceso de adaptación de forma adecuada.
Por eso es crucial que los padres estén disponibles a nivel emocional para acompañar a sus hijos en la elaboración de la pérdida de la familia tradicional conocida y les guíen en la comprensión y aceptación de la nueva realidad familiar y personal de sus padres.
Recuerda que desde el momento en que comuniques o te comunique el otro la separación o divorcio, te enfrentas a 3 desafíos para los que nadie te ha preparado, y quizás tampoco nadie te ha dicho que están interrelacionados y que tendrás que lidiar con los tres a la vez.
Me refiero a:
1. Recuperar tu equilibrio emocional (superar la pérdida de la relación y la vida que dejas atrás) y tomar el control de tu vida en todos los ámbitos y adaptarte cuanto antes a los cambios que se producirán en tu día a día tras la toma de la decisión de la ruptura.
2. Acompañar a tus hijos.
Tus hijos te necesitan para aceptar y adaptarse a la transformación familiar que están sufriendo con vuestra decisión (o la de uno de vosotros).
Para sentirse seguros, protegidos y sin miedo a la incertidumbre que conlleva el cambio te necesitan disponible física, emocional y mentalmente.
Ellos van a vivir la separación de sus padres a través de ti.
Si tú estás bien, ellos estarán bien. Si tu estas mal, ellos también lo estarán.
3. Reconstruir la relación con tu expareja solo como padres.
La separación con hijos es parcial, por lo tanto, hay que seguir estando el uno en la vida del otro por el bien de vuestros hijos.
Tendréis que hablar, poneros de acuerdo para organizar la logística de los niños, pautas educativas, atender sus necesidades, etc.
Ten en cuenta de que la familia, aunque los padres vivan de manera separada, tiene el mismo ciclo vital que los padres que viven juntos y os necesitáis mutuamente para poder construir la vida individual que queráis.
De lo contrario, vuestros hijos no tendrán familia sino vidas paralelas.
Además, tendrás que prepararte para el proceso legal y lograr acuerdos para que la transición de tu estado civil sea lo menos dolorosa posible y podáis construir una nueva reorganización familiar que os funcione y se adapte a vuestras circunstancias personales y a las necesidades de vuestros hijos.
Ojalá pudiésemos abordar cada desafío de forma independiente y una vez superado pasar al siguiente. En cambio, la realidad es bien distinta.
La dificultad de la separación o divorcio radica en que estos 3 retos llegan de golpe, a la vez y has de hacerles frente sí o sí.
Imagina cuál podría ser el resultado si careces de habilidades personales para hacerles frente.
Pero a pesar de estos desafíos, los padres que logran mantener una comunicación abierta, respetuosa y que trabajan juntos en la crianza de sus hijos, pueden proporcionar un entorno más estable y seguro para estos, facilitando su adaptación y bienestar emocional.
Para ilustrar estas consecuencias, te comparto el testimonio de Alicia, una madre separada que ha vivido de primera mano los retos y aprendizajes de un divorcio con hijos.
Por qué nos separamos o nos divorciamos tan mal
Poner fin a una relación sentimental con hijos en común con resultado pésimo a pesar de tener la intención de afrontar la ruptura de la mejor manera posible, se debe a varios factores relacionados entre sí.
1. Imaginario social negativo: El imaginario social es la forma de pensar de la sociedad sobre un tema determinado y esa forma de pensar dirige las actitudes y las acciones de las personas.
En la separación, el imaginario social es negativo y tiene un impacto significativo en la capacidad de los padres de lograr acuerdos durante y después de la separación actuando como un virus mental.
2. Problemas de comunicación entre los padres: La dificultad para comunicarse de manera efectiva puede llevar a malentendidos y conflictos durante el proceso de ruptura dificultando la transición del modelo familiar tras la separación.
3. Ausencia de autocontrol emocional: Las reacciones propias de la crisis familiar como consecuencia de elaboración de la pérdida de la relación y de la vida que se deja atrás predispone a nublar el juicio y dificultar la toma de decisiones racionales.
4. Falta de planificación: Muchas parejas obvian planificar y cuidar el proceso de ruptura al carecer de conciencia de que la separación o divorcio con hijos solo es parcial y necesita una preparación adecuada para poder relacionarse esta vez solo como padres en el nuevo contexto familiar de los hijos.
5. Involucramiento de terceros: La influencia de familiares o amigos puede complicar la situación y aumentar la tensión emocional y desconfianza entre los padres.
6. Ego y orgullo: A veces, el deseo de “ganar” o de salir más favorecido y la creencia errónea de que en la ruptura hay un “bueno” y un «malo”, puede llevar a actitudes destructivas que perjudican a ambos padres y de manera indirecta a los hijos.
7. Expectativas poco reales: A veces, las personas esperan que la separación sea un proceso fácil o rápido, lo que puede llevar a frustraciones cuando la situación se desarrolla de manera distinta a la esperada.
8. Desacuerdo sobre responsabilidades: La falta de claridad sobre quién es responsable de qué (especialmente en lo que respecta a los hijos) puede generar diferencias imposibilitando encontrar puntos de vista comunes.
9. Foco en el pasado: Muchas personas se centran en los errores del pasado en lugar de buscar soluciones constructivas para el futuro.
10. Desconocimiento de recursos: La falta de conocimiento sobre recursos disponibles (terapia, mediación, programas de Transformación Familiar Positiva o Separación Positiva) puede dificultar la resolución de conflictos de manera efectiva.
En definitiva, se gestiona mal el divorcio porque tratamos de afrontar la ruptura de la misma manera que cuando vivíamos juntos. Durante la crisis es cuando más surgen las diferencias personales existentes entre la pareja. Y es necesario contar con habilidades personales de comunicación, negociación y de resolver puntos de vista distintos para enfrentar este cambio familiar y vital.
Se piensa que lo que causa el daño a los hijos es la ruptura en sí, cuando la verdad es que los padres la gestionamos mal por falta de información sobre lo que conlleva y significa la transformación familiar tras separación y ausencia de habilidades personales.
Divorcio y separación positiva, ¿es lo mismo?
La separación positiva y el divorcio positivo son conceptos relacionados con matices diferentes:
¿Qué es la Separación positiva?
Se refiere al proceso de separación en el que los padres eligen afrontar la ruptura de manera constructiva, priorizando el bienestar de sus hijos y respetando las ideas del otro, aunque no las compartan.
En la separación positiva hay una planificación durante todo el proceso y un conocimiento de uno mismo tanto de debilidades como de fortalezas individuales.
Aquí la persona es consciente de que se enfrenta a un contexto familiar desconocido donde el funcionamiento familiar es diferente al modelo familiar tradicional.
El enfoque se basa en seguir adelante con la vida familiar de los hijos como padres, buscando establecer acuerdos y colaboración.
Y el objetivo se centra en mantener una relación cordial y colaborativa como padres que beneficie y facilite la adaptación de los hijos a la nueva situación personal de los padres y al nuevo modelo familiar de interacción.
¿Qué es el Divorcio positivo?
Es un término que se refiere a la ruptura legal de un matrimonio de una manera que minimiza el conflicto entre la pareja y prioriza el bienestar de padres e hijos.
El objetivo es similar a la separación positiva pero enfocado en el proceso legal de divorcio, poniendo el énfasis en que las decisiones que se tomen en la creación del convenio regulador (nueva organización familiar) impacten lo menos posible en los hijos y en toda la familia.
El objetivo de este enfoque es poner fin a la relación matrimonial con la menor afectación posible a nivel emocional de toda la familia, sobre todo de los hijos.
La separación positiva se aplica tanto en un contexto de divorcio legal (casados civil o por lo religioso) como en padres que han optado por convivencia en común sin contraer matrimonio para acordar medidas funcionales sobre los hijos y que así estos crezcan con sentido de pertenencia a una familia.
Aunque los contextos son ligeramente distintos el fin es el mismo:
Principios fundamentales de la separación positiva del método de intervención propio “SeparAcción Express”
Mentalidad
● Recuperar las riendas de tu vida:
Cuando digo «recuperar las riendas de tu vida» tras la separación, hablo de tomar el control de tu situación y de tus propias emociones por las reacciones propias de la elaboración de la pérdida de la relación y de la vida que dejas atrás para que puedas seguir adelante en esta nueva etapa de tu vida.
Además, incluye:
● Aceptar que tu vida va a cambiar y que has de construir una nueva vida individual sin tu pareja.
● Explorar tus creencias porque es posible que las creencias que tienes sobre la familia en el nuevo contexto familiar pueden ser un obstáculo para esta nueva etapa familiar.
● Asumir tu parte de responsabilidad en la ruptura (créeme que la tienes ya sea por acción u omisión).
● Revisar tus habilidades personales detectando tus carencias para impedir que la experiencia que ha llegado a tu vida se convierta en un infierno.
● Tomar decisiones y elecciones deliberadas y reflexivas sobre tu bienestar y el de tus hijos.
● Establecer nuevas rutinas y objetivos con el foco en tu vida personal y felicidad…
En definitiva, se trata de encontrar la fuerza y la confianza en ti misma para construir una vida plena y satisfactoria después del divorcio.
Por ello, este principio se enfoca en la transformación personal entendiendo este en la manera en que percibes, piensas, sientes y actúas como madre y persona.
Este proceso también implica reconocer y aceptar el cambio de perspectiva en la manera de ejercer la maternidad/paternidad.
● Trabajar sobre tu nueva mentalidad con respecto a la maternidad:
Las madres tenemos muy interiorizada la maternidad, tanto por cultura como por biología.
En el momento en el que la ruptura aflora y se pone de manifiesto, el sentimiento e instinto maternal tan grande nos lleva a pensar que nadie puede cuidar de ellos mejor que nosotras.
Momento en el que aparece el miedo, la angustia y preocupación. Sentimiento que se expresa por una gran necesidad de defender esa maternidad y de seguir guiando su proceso de educación y crianza de manera exclusiva.
Como madre divorciada tengo que confesar que es duro aceptar que te tienes que separar días de tus hijos, que te puedes perder parte de su vida e incluso ver que otra persona ajena a ti va a ejercer tus funciones como madre. Una situación que cuesta comprender, aceptar y de sobrellevar.
Porque la realidad es que en el ámbito privado familiar la mujer sigue siendo el timón del hogar pese a los avances de la sociedad en criterios de igualdad.
Esta realidad social familiar es la que dificulta el deseo de muchos padres varones a participar, colaborar y ayudar a la madre. Y les impide a ser parte de la vida cotidiana de los hijos tras la separación, poniéndoles en situación de vulnerabilidad y propiciando discriminación social.
Por todo ello, por mucho que se empeñe el sistema judicial y sus operadores jurídicos con la “igualdad de derechos y responsabilidad parental compartida”, las familias no están preparadas para este paso porque aún en supuestos tiempos de “igualdad”, esa igualdad en el seno familiar no existe.
Pero como ellos se saltan la investigación y hacen leyes “utópicas” a la carta, pues esta realidad se obvia.
Hay excepciones, por supuesto. No se puede generalizar.
Pero lo que nadie me podrá discutir es que hoy en día quien solicita la reducción de jornada laboral por menores de 12 años mayormente es la mujer.
Quien se queda prioritariamente en casa cuando un niño está enfermo es la mujer.
Quien tira de la logística de la casa es la mujer.
Quien planifica en casa es la mujer.
Quién se siente culpable al incorporarse al trabajo tras la baja laboral o maternal, es la madre. Mira este estudio de investigación realizado por la asociación Malasmadres.
Llegado el momento de la ruptura todo esto se obvia y entonces priman “los derechos”.
Los varones colaboran cada día más en casa, muy cierto. Y es muy cierto que quien tira del carro de la casa, en un 90% es la mujer.
En un hogar tanto los padres como las madres tenemos nuestra función y rol.
Y desde mi punto de vista cuando nos separamos nos olvidamos del sentido común y alteramos el orden natural de la familia provocando daños irreparables en los niños y formando futuros adultos con problemas de salud mental.
Se puede ser un gran padre o madre (si fuese la situación viceversa) sin poner en peligro el bienestar de los niños sobre todo si estos están entre 0 y 6 años.
Las madres hemos de aceptar que estamos en un nuevo contexto familiar y de maternidad, y ahora hay más responsabilidad, menos control y necesitas ser más fuerte que nunca y prepararte para este cambio.
Trabajar la mentalidad de la maternidad es decisivo porque de lo contrario sin ser consciente, le puedes transmitir a tus hijos esa espina que te han clavado en el alma pidiéndote que te adaptes a este nuevo estilo de ejercer la maternidad con nuevas reglas que consideras contra natura.
Comunicación positiva
Como ya te he comentado más arriba ahora tienes menos control sobre tu expareja al tomar decisiones y también has perdido tu capacidad de influir en la otra persona con respecto a las necesidades educativas y de crianza de vuestros hijos.
Todo lo que hagas, de alguna u otra manera, estará condicionado por lo que haga el otro. Y para cambiar cualquier regla que hayáis establecido en la nueva organización (convenio regulador) también necesitarás saber utilizar las palabras.
¿Qué puedes hacer entonces?
Revisar tus habilidades de comunicación y adquirir destreza a la hora de comunicarte con el otro.
Porque saber comunicarte de manera clara y respetuosa con el padre de tus hijos es esencial para coordinar esfuerzos y tomar decisiones importantes relacionadas con los pequeños.
Ahora más que nunca necesitas ser clara y neutra en tus mensajes para evitar malentendidos, sobre todo si os comunicáis por medios digitales.
Y permíteme ser franca. De nada servirá hablar con el otro si no os escucháis mutuamente y sois incapaces de comprenderos el uno al otro.
Solución de diferencias
Tenemos una idea preconcebida de que el conflicto es algo malo.
Cuando en realidad el conflicto es neutro y lo que le da el significado de “bueno o malo” es la interpretación que hagamos de la situación.
La palabra conflicto está asociada a discusiones, peleas, enfrentamiento, rivalidad, y enemistad…
Cuando en realidad el conflicto es un choque de valores, intereses distintos, forma de ver una situación de manera diferente, miedos, insatisfacción de necesidades básicas muy alejadas del otro y también una oportunidad para conocerse, etc.
Además, a veces la base de las diferencias entre los padres viene precedida por conversaciones con terceros bien del entorno familiar o de amigos.
Con gran frecuencia, cuando me pongo a ayudar a los padres a preparar la nueva organización familiar para su convenio regulador de mutuo, me encuentro con padres que quieren lo mismo.
Pero por su carencia de habilidades para utilizar las palabras adecuadas, poca destreza de manejar situaciones difíciles e incluso presión del entorno, les impiden llegar a un punto que beneficie a toda la familia.
Siempre digo que para vencer al conflicto hay que conocerlo.
Porque cuando tú conoces lo que os separa, te puedes anticipar al choque con el otro.
También es importante conocerse uno mismo y saber cómo actuamos cuando pensamos de manera distinta al otro. Y conocer herramientas para solucionar cualquier situación en la que como padres estéis en desacuerdo.
Ten muy claro que en el juzgado no se resuelven las diferencias, al revés se agravan por el sistema jurídico obsoleto de familia basado en la creencia del “ganador y perdedor”.
Construir una vida tras separación o divorcio requiere tanto esfuerzo como construir una relación de pareja. Y vuestros hijos os necesitan a ambos para recuperar el equilibrio lo antes posible.
Implementar estos principios puede ser todo un desafío, pero te aseguro que vale la pena porque todo el conocimiento que adquieres te será útil durante toda tu vida y te ayudará a afrontar cualquier crisis que llegue a tu vida tanto personal como laboral.
Una separación positiva no solo transforma la dinámica familiar, sino que también trae una serie de beneficios importantes tanto para los padres como para los hijos.
Veamos algunos de estos beneficios y cómo pueden marcar una gran diferencia en la vida de toda la familia.
Beneficios de una separación positiva para padres e hijos
Al enfocarnos en la mentalidad, la comunicación positiva y la solución de diferencias, mejoramos nuestra vida y la de nuestra expareja y también creamos un ambiente más saludable para nuestros hijos y le ayudamos a comprender y aceptar la nueva vida personal de sus padres.
A continuación, vamos a ver algunos de los beneficios más importantes que la separación positiva puede ofrecer a toda la familia.
Reduce el estado de preocupación y tensión mental generada por los desencuentros por la crisis familiar y personal.
● Minimiza la tensión, la rivalidad y competencia entre los padres, propiciando un contexto adecuado para poder mantener una conversación en la que ambos estén receptivos a escuchar para comprenderse.
● Evitar situaciones de ataque, disputas constantes y malentendidos.
Bienestar emocional de los hijos
● Fomenta la tranquilidad y estabilidad emocional de los niños al sentirse queridos, acompañados, protegidos y cuidados por ambos padres; siguiendo estos muy presentes en su día a día.
● Protege la estabilidad emocional y psicológica de los hijos al poder guiar y acompañar en su proceso de pérdida y a aceptar la nueva realidad familiar.
Desarrollo de habilidades de resolución de controversias de los hijos
● Enseñar a los hijos cómo manejar los desacuerdos de manera constructiva.
● Desarrollar en los niños habilidades de comunicación y negociación.
Preservar las raíces familiares
● Permite que los hijos mantengan una relación cercana y cotidiana con ambos padres.
● Protege los lazos familiares de los niños con ambas familias de origen tanto del padre como de la madre siendo estos un apoyo para conciliación familiar, transmisión de valores intergeneracionales y poder construir una nueva vida personal.
Crecimiento personal de los padres
● Oportunidad para que los padres se desarrollen y crezcan individualmente a nivel personal, laboral o cualquier área en la que se quiera poner el foco una vez se haya elaborado la pérdida de la relación y la vida que se deja atrás.
● Construir una nueva vida independiente feliz con reinvención en todos los ámbitos vitales. La separación te hace replantearte el sentido de la propia vida con la necesidad de descubrir quién eres y hacia dónde quieres ir a partir de ahora.
Conclusión:
La separación o el divorcio son experiencias complejas por los cambios que conllevan y la elaboración de la pérdida por la relación y la vida que dejas atrás.
Sin embargo, planificarla desde la toma de la decisión facilita afrontar la separación o divorcio de manera eficiente y sin causaros daño entre vosotros y protegiendo el bienestar de vuestros hijos.
Recuerda que lo que causa daño a los hijos no es la separación sino la forma que tienen los padres de gestionar la situación ya sea por una falta de información o carencia de habilidades personales.
Si estás atravesando una separación, te animo a explorar más sobre el divorcio positivo y cómo puede ayudarte a ti y a tu familia.
Para ello, te invito reservar una sesión de valoración gratuita para que evalúe tu situación y ver qué necesitas para afrontar la ruptura de la mejor manera posible.
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Recuerda, una separación bien manejada puede ser el comienzo de una vida llena de nuevas oportunidades y bienestar para ti y tus hijos una vez superada la pérdida de la relación y de la vida que dejas atrás.
Estoy aquí para ayudarte en cada paso del camino.